En contraposición al rosa tenemos el azul Klein. Seguro que sabéis de qué le vienen el nombre. Yves Klein, conocido por sus prematuras pinturas monocoromáticas en azul intenso tuvo tanto éxito que patentó su color/// y hasta le puso su nombre “International Klein Blue” que para los amigos y gurús ha acabado en “Azul Klein” a secas. Recuerdo perfectamente el primer contacto que tuve con el pintor. Fue hace cuatro años en el MNAC (Museu d’Art Nacional de Catalunya) con unos cuerpos femeninos a tamaño real estampados en pintura, que me costó reconocer a simple vista. Ese cuadro, se me ha quedado grabado en el cerebro. ¿No os pasa a veces que hay arte que no se sabe por qué se mete en la cabeza y una es capaz de recordar buena parte de los detalles?
Algún iluminado ha calificado a este tipo de azul como “el nuevo negro”. Una gilipollez en su máximo esplendor para los que tenemos como hobby la pintura. La pintura no es tan distinta de la moda. Hay que dominar la gamma cromática en ambos casos. Pero a lo que iba. Es casi una aberración comparativa. El porqué es tan simple como la luminosidad. El negro (no me cansaré nunca de decirlo) no es un color sino una ausencia de color, de toda luz, de todo brillo, de la nada. El klein, por el contrario, emite luz, al ser de la gama de los azules, coloración parecida a la piedra preciosa lapislázuli. Es un color primario frío como también lo son el verde y el violeta. Hasta hay personas que les cuesta distinguirlo o simplemente no lo ven (tritanomalía). Hay una increíble gamma de azules. A cuál más hermoso: cian, celeste, turquesa, añil, eléctrico, noche, marino…
Armand Basi
Carina
Panama Jack
Stradivarius
Florentino.
Bimba y Lola Mercedes de Miguel
H&M
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Jesús Ibarra y Bertholdo
Versace Káhyra
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